Vulnerabilidad con poder: Malne rinde tributo vivo con ‘Frida XXI’
“Frida XXI” no es simplemente un desfile más, es una conversación estética y emocional con la mujer contemporánea. Es una invitación a mirar la moda como un lenguaje cargado de sentidos, con el compromiso del slow fashion y la artesanía como ejes fundamentales de la identidad de la firma.
MODA
La pasarela de la MBFW Madrid SS26 fue testigo de una evocadora propuesta con alma y audacia: Malne desveló “Frida XXI”, una colección que trasciende la cita estacional para convertirse en un manifiesto femenino y artístico.
Revivir al icono: entre lo simbólico y lo contemporáneo
Inspirarse en Frida Kahlo —no para imitarla, sino para interpretar su fuerza— es una empresa delicada. Paloma Álvarez y Juanjo Mánez, cabeza creativa de Malne, asumen este reto con sensibilidad y convicción. Frida XXI no pretende replicar el legado estético de la pintora mexicana, sino canalizar su energía, su resistencia, su capacidad de transformar el dolor en belleza, y vestirla para una mujer del siglo XXI.
Lo que vemos en la pasarela es más que moda: es una narrativa en movimiento. Es la idea de que cada mujer es artista de sí misma, que puede vestir con intención, que cada pieza puede ser un símbolo cargado de significado.
Paleta cromática y contraste simbólico
Una de las líneas maestras de esta propuesta reside en el tono. Malne traza un recorrido cromático que va del blanco impoluto, salpicado de flores bordadas y mariposas artesanales, al negro absoluto, tono insigne de la maison.
Entre esos dos polos, se asoman detalles vibrantes: motas florales, acuarelas (efecto wet painting), matices de tono metálico en los bordados. Las mariposas, símbolo recurrente, emergen en estampados, aplicaciones en relieve o como remates que cobran protagonismo.
Esta dualidad cromática funciona como un espejo para el alma de la colección: la contradicción, la pasión, la fuerza contenida, lo vulnerable que quiere emerger.
Tejidos, texturas y la alquimia artesanal
Para vestir ese relato, Malne apuesta por un lenguaje textil refinado: mikado de seda con estampados pictóricos, lino y algodón naturales, que aportan ligereza, respirabilidad y confort sin sacrificar la elegancia.
Pero no basta la tela: la magia está en el oficio. Los bordados en hilo metálico, las plumas ligeras, los motivos florales pintados, y las pinceladas (efecto acuarela) enriquecen las piezas con profundidad sensorial.
Estructuralmente, Malne juega con dualidades: corsés que remiten a las ortopedias —fruto de las propias experiencias de Frida y su capacidad de convertir la necesidad en ornamento— se combinan con faldas volumétricas, faldas columna, escotes y mangas rescatados de la indumentaria tradicional mexicana transformados, reinterpretados en clave contemporánea.
El taller es pieza clave: artesanas y artesanos, dirigidos por Manuel Castillo como jefe de taller, llevan a la realidad cada boceto con precisión, dedicación y sensibilidad hacia el detalle.
Siluetas con identidad: lo estructurado y lo orgánico
La colección navega entre formas escultóricas y contornos más fluidos. No es rígida ni monotemática: hay diálogo entre lo femenino y lo masculino, entre la geometría y la sensualidad. Las líneas rígidas de los corsés conviven con faldas volantes, mangas voluminosas o cortes inesperados.
Escotes, hombros y mangas beben de códigos tradicionales mexicanos, pero el planteamiento no es historicista: esas formas se rehacen para la mujer contemporánea.
La mujer Malne y su eco emocional
La mujer que viste Malne no es espectadora, es protagonista. En Frida XXI se vislumbra una figura que no se esconde bajo la moda, sino que la hace hablar. Que no teme la vulnerabilidad porque en ella encuentra poder. Que no burla su identidad: la afirma. No se disfraza, se declara.
Y para encarnar esta visión, se elige a Susana Moreno como musa: ex modelo de relevancia internacional, ahora educadora social, mujer con historia propia, autenticidad y fuerza. Su presencia en pasarela representa esa libertad sin filtros que Malne busca proyectar.
Conclusión: moda con sentido, moda con alma
“Frida XXI” no es simplemente un desfile más, es una conversación estética y emocional con la mujer contemporánea. Es una invitación a mirar la moda como un lenguaje cargado de sentidos, con el compromiso del slow fashion y la artesanía como ejes fundamentales de la identidad de la firma.
Malne reafirma su posición: no como una marca que sigue tendencias, sino como una maison que crea su propio código estético, consciente de la responsabilidad social y ambiental que implica vestir cuerpos con dignidad y expresión.
fotografía: MBFWM





