Coppola como musa, Madrid como destino: la evolución de Palomo en Eighteen

Alejandro Gómez Palomo regresa con fuerza a Madrid para mostrar lo que podría considerarse un punto de inflexión tanto en su carrera como en su discurso creativo: la colección “Eighteen” (Primavera-Verano 2026). Tras varias temporadas presentando en Nueva York, decide volver a la capital española para revelar un nuevo lenguaje que trasciende lo meramente estético: es un relato sobre maduración, libertad interior y la sutileza de atravesar ese instante en que la juventud empieza a tornarse adultez.

Inspiración cinematográfica y momento vital

La colección bebe directamente del universo intimista y poético de Sofia Coppola —desde The Virgin Suicides hasta Marie Antoinette. Esa influencia no es solo visual, sino emocional: la nostalgia, la atmósfera empolvada, la inocencia que convive con la tensión de la insatisfacción, con el deseo de cambio. Palomo nos lleva a ese umbral en el que todo parece igual fuera, pero ya no lo es dentro: ya no basta con permanecer; se quiere transformar.

Paleta cromática y tejidos: lo suave con lo contundente

El cromatismo de Eighteen se sustenta en tonos pastel muy cuidados: rosa empolvado, agua marina, azul claro, verdes suaves. Estas gamas aportan esa luz tenue, esa atmósfera de ensueño.
Pero Palomo no se queda en la suavidad: introduce contrastes fuertes para subrayar la tensión de la madurez. Tonos como borgoña, verdes oscuros, marrones profundos actúan como contrapunto.

En cuanto a los tejidos, la colección combina materiales que evocan lo doméstico, íntimo, con otros más estructurados. Telas translúcidas, delicadas, encajes, detalles vaporosos conviven con cuero estructurado, knits densos, y elementos con volumen. Las transparencias y opacidades (lo blando vs lo rígido) dialogan constantemente. También destacar los adornos florales con cristales de Swarovski en tonos acordes (verde, rosa, azul) que aportan un brillo contenido, una especie de fantasía medida.

Siluetas y simbolismos: entre lo etéreo y lo contundente

El diseño de siluetas en Eighteen revela dualidad. Por un lado, formas suavizantes: vestidos tipo slip, piezas amplias con vuelo, baby-doll, mangas abullonadas, transparencias ligeras. Por otro, una arquitectura de volumen que crece: hombros marcados, cortes inesperados, detalles que sienten como armaduras suaves. Incluso los accesorios (sombreros pillbox, lazos sobresalientes, cinturones dramáticos) funcionan como símbolos de transformación, de deseo de salir del corsé de lo esperado.

Contexto personal y profesional: dejar atrás para avanzar

Más allá de lo visual, lo conceptual se entreteje con lo personal para Palomo. Eighteen coincide con varios cambios: mover el taller de su lugar de origen hacia Madrid, un gesto de emancipación creativa; llevar el backstage de su marca hacia nuevos escenarios; asumir la transición de marca joven a una con más peso, con mayor reflexión. Es una colección que no solo celebra la juventud, sino su paso: esa tremenda chispa que exige decidir, romper y construir.

Valor dentro del desfile y la propuesta actual

Presentado fuera del circuito de Ifema, durante los OFF de la MBFWMadrid, Eighteen se siente íntimo pero profundamente honesto. No busca el escándalo: busca narrar. Convocar un momento en que lo bello no es solo lo ornamentado, sino lo vulnerable, lo que se arriesga. Palomo Spain firma con esta colección una madurez estilística que no renuncia a la libertad estética — esa marca de la casa — pero la articula con más sutileza, con mayor reflexión.

fotografía: MBFWM

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