Alta costura con alma: Elena de Frutos y el arte de vestir sosteniblemente

En un universo donde la moda nupcial busca cada vez más trascender el vestido tradicional, Elena de Frutos se alza como una creadora imprescindible. Su propuesta en la Circular Sustainable Fashion Week Madrid 2025 ha sido, una vez más, una declaración de amor por la tierra, la belleza y la autenticidad.

Desde su atelier en Madrid, elenadefrutos_novias cultiva una visión radicalmente distinta de lo que significa vestir de blanco. Su enfoque se aleja del diseño estandarizado para abrazar un lenguaje visual propio, íntimo, artesanal. Para Elena, cada novia es única, y por ello cada vestido es concebido como una obra de arte irrepetible.

Lejos de seguir tendencias, su alta costura nupcial se define por valores: sostenibilidad, ética, circularidad y expresión individual. Trabaja con tejidos ecológicos certificados —como seda de la paz, lino orgánico o algodones regenerativos—, emplea tintes naturales y rescata textiles olvidados para darles nueva vida a través del upcycling. Cada puntada cuenta una historia, cada costura honra el planeta.

El resultado: vestidos que no solo visten, sino que transforman. Piezas con alma, que dialogan con la piel de quien las lleva, y que ofrecen una experiencia profundamente personal. Vestirse con una creación de Elena de Frutos es un acto de conexión interior, de respeto por el entorno y de autoafirmación.

La diseñadora no solo crea moda, sino que teje redes de conocimiento y conciencia. Es responsable de comunicación de la Asociación Española para la Circularidad, la Innovación y la Sostenibilidad en Moda (SIC MODA), y ejerce como mentora en programas de acompañamiento a diseñadores dentro del marco de ASECOM y CIEC Madrid. Además, impulsa proyectos que integran diseño, arte, desarrollo humano y sostenibilidad.

En su colección 2025, presentada en la CSFW Madrid, hemos visto siluetas etéreas, texturas orgánicas y una paleta que respira naturaleza: blancos rotos, arenas. Una oda a lo esencial. A lo que permanece. A lo que importa.

Porque Elena de Frutos no crea vestidos de novia. Crea manifestaciones de amor. Amor a la mujer que los viste. Amor al arte. Amor a la Tierra.

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